miércoles, 27 de agosto de 2008

En el filo de la navaja

Dicen, aunque nunca (o al menos casi) hacemos caso, que cuando se juega con fuego, uno se acaba quemando; que quien con niños se acuesta, meado se levanta, y así, un buen puñado de refranes sobre algo que va a ocurrir debido a nuestros actos.

Después de andar en el filo de la navaja durante mucho tiempo, me he acabado cortando. Era algo inevitable, cuanto más estaba ahí más me gustaba, cuanto más peligro había, más adrenalina segregaba por mis venas y mejor me sentía, pero... un pequeño descuido y la sangre ha comenzado a brotar. Ahora no sé que pasará, le he preguntado al médico de guardia que cual era el problema. Rápidamente este me ha respondido: "La herida es lo de menos, lo peor es que la gente se de cuenta de que tienes ese corte y sepa lo que has estado haciendo".

Lo siento, no he podido evitarlo. Le he dicho entre sollozos.

No hay comentarios: